Esta entrada es clásica en estas fechas porque no es la primera vez han leído algo así, pero con cada comparación podemos sentirnos orgullosos de la fiesta tradicional del Día de Muertos. Y es que cada año nos superamos en color, luces, catrinas y disfraces (porque también los hay) sacando a relucir la creatividad individual, formando un mosaico que le ha dado la vuelta al mundo.
Creo que a estas alturas todos hemos entendido el 02 de
noviembre tiene poco que ver con el Halloween, una celebración que en un tiempo
nos quisieron imponer, pero que no fructificó del todo. El día de muertos tiene
su origen por la mezcla de la religión católica y las culturas prehispánicas,
la fecha se hizo tan popular que la UNESCO tiene registrados como fechas
importantes las últimas semanas de octubre y los primeros días de noviembre,
sin embargo la verdadera fiesta es el 2 de noviembre. En el calendario católico
el 1 de noviembre está asociado a guardar respeto por los niños difuntos,
mientras que el 2 se guarda para los adultos fallecidos.
Los últimos días de octubre se reservan para los fallecidos
en accidentes y los niños que murieron sin bautizar, o sea, que esos días las
energías están circulando y haciendo algunos estragos, pues las personas que
por desgracia tienen un difunto que recordar incrementan ese recuerdo en esos
días.
La cosmogonía indígena nos dice que durante esos días los
muertos regresan del más allá al mundo de los vivos para convivir con sus
familiares, es por eso que se pone una ofrenda, porque esa visión nos ha
enseñado que los muertos emprenden un gran viaje desde el Mictlán y llegan
cansados al mundo de los vivos. En la época prehispánica al final de cada
cosecha se ofrendaba algo a los muertos para recordarlos; y aunque la versión
que hemos tomado y reproducido es la prehispánica (tal vez por ser la más
romántica y esperanzadora) la investigadora Elsa Malvido de la UNAM nos corrige
y nos revela que el único origen de esta tradición es el católico.
“El altar de muertos, las calaveritas azucaradas y los
panes en forma de hueso son tradiciones que vienen de la Europa Medieval y son
costumbres católicas y profundamente jesuítas”.
Malvido nos revela un poco más y nos explica que la fiesta
de Todos los Santos y los fieles Difuntos se creó en Francia en el siglo X por
el Abad de Cluny quién rescato la celebración en honor a los macabeos, el 2 de
noviembre. La investigadora nos dice que seguramente el invento del origen
precolombino de la tradición del Día de Muertos fue inventada por algunos intelectuales
mexicanos.
¿Te gustó enterarte del verdadero origen?
Esperamos tus comentarios
Irais Morales Social Media Promotwist.
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