Para Alejandro Ortiz
B. y Daniel Juárez
Entrañables compañeros que
impulsaron la idea de esta semana
Entre amigos la cábula es una complicidad
acordada, donde todo lo que se dice o hace produce una fraternidad única entre
las personas que acuerdan casi naturalmente llevar una relación así. Esa
complicidad no logra entenderse fuera de esos límites y los que logran
entenderla suelen compartirla para familiarizarse, formar grupos o romper el
hielo. En el ámbito laboral una broma mal colocada puede llevar a fatales
consecuencias e incluso deteriorar un entorno laboral.
Para poner un ejemplo me atreveré a escribir
de Adolfo, un ejecutivo de compras talentoso, moreno, de cabello grueso. Sus
rasgos no eran sutiles ni delicados, al contrario, era un moreno fuerte, de
nariz ancha y ojos negros. Sus dientes de enfrente tenían una ligera separación
y su risa eran carcajadas chillantes que se escuchaban por toda la oficina. Era
un hombre corpulento y musculoso, a todos en aquella empresa nos presumía sus
horas falsas de gimnasio, sus dietas y sus novios. Por supuesto que tal moreno
era gay, condición que acrecentaba más su gran preocupación por quedar bien o
llamar la atención. Apenas lo conocías te preguntaba dónde vivías, en qué
habías trabajado antes, qué habías estudiado. Si veía algo material de su
interés en tu persona te preguntaba ¿Dónde compraste esa bolsa? ¿Esa blusa?
Etc. Toda conversación finalizaba en él y en sus aventuras en el cine, en
Cancún, Acapulco, Sport City o agencias de carros.
A sus espaldas las criticas le llovían, las
cábulas se mostraban implacables. Por supuesto toda su actitud escondía una carencia
económica grave. Algunas veces sus zapatos se cubrían con una ligera capa de
polvo que delataban que la calle donde vivía no estaba pavimentaba, o al final
de quincena llevaba su comidita en botes de Alpura. Ningún compañero era capaz
de decirle algo, ante esa incapacidad se le cabuleaba, y a sus espaldas se
hablaba de él.
Como lo dije, la cábula es una complicidad,
pero realmente ¿Era sana en el caso de Adolfo? Si él no sabía que todos los
días daba de qué hablar, por lo menos lo intuía. La situación era generada
mucho más por él que por los propios compañeros. Poniendo en justa dimensión lo
que ocurría, él provocaba muchas de sus propias críticas por falta de humildad.
Para decirlo pronto: en la RAE la palabra
humildad significa “pegado a la tierra”. Es la virtud que posee el ser humano
para reconocer sus debilidades, cualidades y capacidades con el fin de
aprovecharlas para el bien de los demás, sin decirlo.
Adolfo era demasiado pretensioso sobre su
vida personal, pero el peligro de esa actitud es su inconsciencia. En el ámbito
profesional la falta de humildad camina con esa falla. Acostumbrados a
que los logros deben exhibirse, se nombra a empleados del mes, se fomenta la
competencia en lugar del trabajo en equipo. Desde pequeños se nos enseñan
estándares, el más común es atribuirle cualidades bondadosas a las personas de
dinero, rubias o con poder adquisitivo alto. El dinero ha hecho que personas
como Adolfo que crecieron con graves deficiencias económicas se sientan
avergonzadas, la desigualdad en el país ha hecho que la pobreza sea motivo de
vergüenza. No pretendo con esta entrada poner a la pobreza como una virtud,
simplemente señaló que la pretensión a partir de ese lugar puede detonar burlas
y actitudes no justificadas en el ámbito laboral.
La humildad es uno de los valores que poco a
poco se va distinguiendo desde todas las esferas que componen a un individuo
(el desarrollo espiritual, familiar, relaciones personales y ahora también
laboral). En el trabajo ese valor nos lleva a reconocer nuestras propias
limitantes con responsabilidad, sin victimizarnos, mientras que nuestros logros
y reconocimientos logra colocarlos en su justo valor, admitiendo que la mayor parte
de las veces para llegar al éxito dependemos de los otros.
Esa actitud nos ayuda a dejar de proyectar
los propios defectos y frustraciones en los demás, también ayuda a estar más en
armonía. Sobre la línea del ámbito laboral la humildad nos ayuda a tener
empatía con nuestros proveedores, compañeros de trabajo y a ver los obstáculos
como oportunidades o retos. Una organización que logra implementar estrategias
para instruir a su personal sobre el valor de la humildad tendrá excelentes
resultados en la sinergia de su personal.
Voy a cerrar esta entrada resumiendo aún más lo mucho que nos ayuda la actitud:
-La humildad es el empuje que nos lleva a la autocrítica y ese es el mejor camino para ser mejores-.
Voy a cerrar esta entrada resumiendo aún más lo mucho que nos ayuda la actitud:
-La humildad es el empuje que nos lleva a la autocrítica y ese es el mejor camino para ser mejores-.
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¡Gracias!
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Irais Morales
Social Media
Promotwist
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