El agua en peligro de extinción












En una colonia popular una cisterna el agua salía contaminada a perfume, un olor desagradable que advertía sólo un uso doméstico, para uso personal usar agua de garrafón. Otro caso se da en las colonias de clase media, donde el nivel de cloro se encuentra en el límite de lo permisivo, entonces al bañarte te oxidas igual que tu regadera.

En México no contamos con una adecuada cultura para cuidar el agua, reciclarla o  recolectarla  en tiempos de lluvia es algo que ni siquiera se piensa. Es por eso que nuestro país sufre las graves consecuencias de esa falta de cultura, el agua de lluvia cae por las calles inundando avenidas, se ensucia y no se cuenta con la infraestructura para limpiarla y purificarla correctamente.

Alrededor del mundo el agua se está extinguiendo, en México se está privatizando. En ninguno de los dos escenarios se vislumbra un buen final para el ser humano. Nuestro cuerpo se compone del 60% de agua y sobra decir que sin una correcta hidratación algunas funciones motrices como la digestión, la memoria o el flujo sanguíneo se deterioran. Otro dato científico dice que nuestro cuerpo resiste más el insomnio que el no tomar agua, es decir, moriremos primero de sed que de sueño.

La importancia del agua está subestimada, es necesario para todo lo relacionado con la vida, para tu bienestar, tu higiene, la vitalidad de las plantas y la tierra, la producción de alimentos y el ciclo vital de la naturaleza, desperdiciarla debería estar penado social, política y económicamente. 

De acuerdo con el INEGI, sólo 34 de cada 100 municipios cuentan con servicio de tratamiento de aguas residuales, es decir, sólo 827 localidades, cifra que impacta negativamente en la salud pública, así como en la preservación de recursos naturales y del sector productivo. Ejemplo de ello es que en materia de provisión de servicios urbanos de agua potable y saneamiento, de acuerdo a datos del INEGI, el 99 por ciento de los municipios del país contaba con servicio de agua potable en la red pública en 2014; sin embargo, dos años después, sólo 68 por ciento del total de hogares mexicanos recibía agua diariamente, 14 por ciento cada tercer día y el resto ocasionalmente en la semana.

Además, 60 por ciento de los municipios facturaron el servicio de agua en 2016, de los cuales 55 por ciento lo hizo a través de cuota fija, lo que no considera el consumo y únicamente 8 por ciento por servicio medido. Este esquema de trabajo no permite que el sistema de precios refleje la escasez o abundancia relativa del líquido.

A nivel global el agua se está extinguiendo y no tenemos mucho que agregar a ese comentario general, sólo crear conciencia y mecanismos de captación de agua de lluvia, que al parecer es nuestra única solución.

Nos leemos la próxima semana.
Irais Morales
Social Media Promotwist.


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