La historia
bíblica sobre los tres Magos es un relato de lealtad y servicio. La historia y
mención de esos hombres es muy breve, aquí anexo el fragmento:
Mateo 2:11
“Cuando
Jesús nació en Belém de Judea en días del rey Herodes vinieron del oriente a
Jerusalén unos magos diciendo ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido?
Porque su estrella hemos visto y hemos venido a adorarle…”
En aquellos
días Herodes temía por su reinado, era una persona con miedo y protegía su
reino incluso de profecías milenarias; así que una de las acciones por las que
se conoce su nombre (tanto a nivel histórico como bíblico) es por el infanticidio cometido alrededor del año 37 A.C, creyendo que entre esos nacidos se iba a encontrar el rey que lo
despojaría del trono.
Cuando los
magos entraron en su presencia confirmando su más grande miedo, no dudó en
enviar a los magos como espías para luego ir a la caza de Jesús, y sigo
citando:
“Entonces
Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el
tiempo de la aparición de la estrella; y enviándolos a Belém, dijo: Id allá y
averiguar acerca del niño y cuando le halléis, hacérmelo saber, para que yo
también vaya y lo adore.
Ellos
habiendo oído al rey, se fueron; y la estrella que iba delante de ellos se
detuvo hasta que encontraron al niño, y al entrar a la casa vieron al niño con
su madre María, y postrándose le adoraron; y abriendo sus tesoros le ofrecieron
oro, incienso y mirra…”
Hasta ahí la
breve mención de los magos, está de más decir que ellos guiados en sueños
ignoraron a Herodes y regresaron sin proporcionarle la información que buscaba,
tal vez la primera lección de lealtad.
La importancia de servir va relacionada con las convicciones individuales, si miramos a nuestro alrededor todo está diseñado para “no dar” “no hacer” “no prestar” y si hablamos de amor o compromiso, pues el asunto se reduce al mínimo. Si seguimos con el símil en esta época nos pareceríamos más a Herodes que a los magos, la actitud de miedo es generalizada lo que en ciertas circunstancias nos impide dar y servir.
Aunque la
mención es breve nos recuerda la importancia de observar que en nuestro interior existen convicciones y un gran deseo de hacer algo más grande que nuestros
propios deseos. Cada 6 de enero los reyes visitan a los niños, propios y ajenos,
le damos un presente a quienes amamos y esa actitud debe existir todos los días
del año que inicia.
El 2019
tiene la magia de que podemos aprender a servir, dando la mirra, incienso y oro,
que simboliza lo mejor de nosotros, pero también poniéndolo al servicio de los
otros.
Bienvenido
2019, nos leemos próxima semana.
Irais
Morales
Social Media
Promotwist.
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