Todavía estamos a tiempo para la NO violencia





El 2 de octubre México tiene una herida lamentable, la masacre del 1968. Tal vez por esas razones no recordamos que ese día se conmemora la NO violencia. De acuerdo con la historia es el nacimiento de Mahatma Ghandi, líder del movimiento de la Independencia de la India y pionero de la filosofía y la estrategia de la NO violencia.


La violencia está a nuestro alrededor y forma parte de todo el mundo, tanto que la normalizamos y ya casi no sabemos distinguirla. Vivimos la violencia, la sabemos y sólo cuando se rebasa los límites de lo permisible (o de lo que creemos permisible) nos espantamos, subimos nuestros niveles de estrés y nos indignamos, pero difícilmente pasamos a la acción, ya no digamos al cambio.

Volviendo a Ghandi, él demostró que la NO violencia puede ser una vía para resolver hasta conflictos de gran escala como políticos, donde intervienen miles de personalidades y formas de pensar ¿Cómo logró esa unidad? ¿Cómo la sociedad hindú logró tener clara la perspectiva de la NO violencia? Aún no lo sabemos, pero lo que si se sabe es que fue posible. Gracias a la pequeña posibilidad de no repetir un comportamiento contagioso y aprendido se pudo lograr la independencia de una nación ¡Imaginemos entonces las posibilidades de la NO violencia!

México parece no tener esperanza, parece que nuestro país y la propia conducta individual respecto a la violencia es irrefrenable, los historiadores afirman que se debe a toda la cultura de conquista y posterior colonización, otros a la ola de violencia que el narcotráfico implementa, otros a la desigualdad y a la falta de valores. Lo cierto es que en nuestro país la violencia escala y escala a niveles cada vez más fuera del raciocinio.

Dentro de todos los factores encontramos dos que son esenciales para entender qué ha marcado la psique mexicana, el primero es la desigualdad, un rico vs un pobre; el segundo factor es el ideológico, un lord o una lady y los privilegios que llevan ser “un rico” o ser “un pobre”, las diferencias que supuestamente deben existir y que a su vez hace que cierto orden social predomine. Mientras se mantenga una ideología que le de los privilegios a unos y denigre a los otros, la violencia siempre va a ser el hueco por el que en algún punto nos hagamos justicia.

Y la justicia está lejos de ser un ejercicio que se lleve a cabo en el país, tanto en las instituciones como a nivel personal y social, así que mientras alguien, en algún punto no ejerza con prudencia su derecho a la existencia misma de pensamiento, de actuar o de ser, nos encontraremos con egos heridos, con deseos de venganza, con atropellos micros y macros, con esclavitud (literal e intertextual), con el derecho permanente de tener poder, en lugar de vivir en paz.

A continuación algunas cifras que deben avergonzarnos a todos:

-De acuerdo con la OCDE nuestro país ocupa el primer lugar en violencia física
-México es el primer lugar en violencia y abuso infantil
-El país ocupa el tercer lugar dentro de los más peligrosos
-Para este 2018 nuestro país fue el segundo lugar con más homicidios registrados.
-Dentro de América Latina somos el lugar 14 como el país más violento.

Ghandi llevó sus enseñanzas más allá de las fronteras, es por eso que hoy debemos entender algo crucial para combatirla, un principio básico: No la adoptes como forma de ser, actuar o pensar.

Nos leemos la próxima semana.
Irais Morales
Social Media Promotwist




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