Con los avances tecnológicos se van quedando atrás hábitos
artesanales de hacer las cosas con tus propias manos, tu idea o tu creatividad. En los momentos actuales se sobreponen el instante o la improvisación. Por poner un ejemplo tenemos el
aparato de televisor, ese invento que a lo largo de su evolución ha ido
variando en contenidos y en presentaciones pero ¿Quién puede asegurarnos que
los contenidos de ahora son de mejor calidad? Creo que nadie levantaría la mano.
Así sucede con el radio, el internet y lo más lamentable,
con la fotografía. La masificación de cámaras fotográficas en los celulares ha
hecho que la imagen pierda su valor. Antes eran los pocos los que podían tomar
fotos, levantaban paisajes de algún lugar exótico o retrataban a personajes de
la vida social y cotidiana de la época. Hoy el levantamiento de imagen se ha
vuelto repetitivo y aburrido, dejando con pocos espectadores a la verdadera
fotografía.
En palabras del directir Win Wenders la foto esta muriendo
gracias a los teléfonos móviles, ahora el elemento sorpresa y testimonial es
más difícil de lograr, él explica que las imágenes “ya nadie las ve” o lo que
es lo mismo “ya nadie las valora”. Justo así como la televisión cambió sus
contenidos, pero no sus formas, de la misma manera la foto ha dado un giro para
la catástrofe a sus contenidos. Ahora todo es retratable: la comida, tu perro,
tu casa, tu viaje, tu vaso, tus nuevas compras, tus amigos, las fiestas, el
atardecer, la noche, la botella, la fiesta, tu familia (aunque salga en fachas
y desarreglada), tú cuando te levantas o cuando te duermes. Fotos triviales,
fotos de tu egoteca personal, pero que a nadie le dicen nada.
El director Win Wenders afirma que las fotos no se vuelven
a ver, no se imprimen y que sólo son fugaces momentos retratados que llenan el
espacio que el auténtico arte fotográfico debe representar. El invento de la
fotografía sustituyó a la pintura, buscando apreciar las formas de la época más
nítidamente, es por ello que tanto la foto como el cine tuvieron un auge en los
siglos pasados. La pintura no desapareció pero se elevó al estatus de arte y ya
no cualquiera podía darse el lujo de acceder esa profesión, así que quedó como
parte de las actividades de cierta clase social.
La fotografía por el contrario representó un avance
tecnológico, un avance que pronto se adoptó como oficio y posteriormente como
arte. Con esta masificación de imágenes creemos que no todo está perdido, o la
fotografía se coloca en el estatus de arte o muere a causa de la masificación
de imágenes y por los celulares. En la actualidad recordemos que no todos
pueden tomar un curso de fotografía y los muy pocos saben diferenciar entre una
imagen artística y lo que no. Todavía hay esperanza
Nos leemos la próxima semana
Irais Morales
Social Media Promotwist
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