México tiene una lamentable
historia de trabajo infantil. Como casi todos los países de América Latina su
desigualdad hace que a diario miles vivan en la pobreza y apenas cubriendo sus
necesidades básicas, es por esa misma necesidad que niños del campo y de las
zonas periféricas de la ciudad emplean su fuerza para llevar dinero o alimento
a sus casas.
Una noticia con fecha de hoy
realza la baja en la tasa de empleo infantil “La tasa de empleo infantil baja
cuatro puntos porcentuales”, aunque como sabemos las estadísticas frente a la
realidad suelen ser bastante inútiles, ya que en Estados como Chiapas, Oaxaca,
Michoacán y Guerrero la ocupación laboral de menores no permitida sigue
desconsolando nuestros corazones. La misma nota acota que para el 2025 la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) junto con la Secretaría del Trabajo planean
erradicar esa actividad del país.
Mientras la educación siga
siendo tema y las aulas se encuentren vacías, los niños se verán forzados a trabajar,
lo que implica que sus trabajos los ponen más en riesgo que cualquier accidente
que puedan tener a sus cortas edades. El trabajo infantil está catalogado entre
las edades de los 5 y los 17 años y los riesgos son los siguientes:
Polvo, gases o fuego; ruido excesivo;
humedad o temperaturas extremas; herramientas peligrosas; maquinaria pesada;
oscuridad excesiva; productos químicos; explosivos; y descargas eléctricas. Entre
las principales actividades que realizan los niños trabajadores se encuentran
la venta ambulante, aseo de calzado, cargado de bultos, limpieza de autos y
parabrisas y trabajo doméstico, entre otros.
Las consecuencias más comunes por el
desempeño de esas actividades son, entre otras, el bajo rendimiento escolar,
falta de asistencia regular a la escuela, violencia, maltrato, inicio temprano
de la vida sexual (con la consecuente falta de información sobre las
enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados), la explotación
sexual comercial infantil, el consumo de drogas y la trasgresión de las leyes.
Hasta la fecha no hay reportes de niños accidentados por
trabajo infantil, pero mediante redes sociales nos hemos imaginado el maltrato
y hemos presenciado algunos videos de cómo los adultos tiran y humillan a niños
que realizan trabajo infantil. La realidad en este tema parece rebasarnos
frente a las estadísticas y las acciones que se llevan a cabo. Hace un año los
datos revelaban que 1.7 millones de infantes son empleados en condiciones no
adecuadas. La actividad que más preocupa en las estadísticas es la actividad
sexual y la violencia física. Los niños pueden verse involucrados en actos
sexuales no deseados para obtener dinero.
Lo más significativos de la encuesta realizada por la UNAM
es que seis de cada diez niños en condiciones de pobreza o vulnerabilidad
buscan actividades informales para subsistir, pero de manera honesta. Es
revelador que en el pensamiento de los niños exista la honestidad, un valor que
se corrompe cuando entran en la informalidad y las condiciones los obligan a
modificar su pensamiento a una forma de ser hostil.
Quisiera cerrar escribiendo algo esperanzador, pero de
momento no hay nada escrito que sustente la baja de cuatro puntos en el trabajo
infantil. Sólo queda seguir siendo espectadores de un escenario que avanza
lento en erradicar la pobreza y la falta de educación en los niños.
Nos leemos la próxima semana.
Irais Morales
Social Media Promotwist
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