Los efectos de la
puntualidad o la impuntualidad muy pocas culturas lo saben. De entrada es un
tema en el que nos detendremos porque no sólo tiene que ver con el plano
laboral, sino también personal. Vamos a arrancar diciendo que la puntualidad es
el reflejo de lo mucho que algo (lo que sea) te interesa. Llegar temprano por
ejemplo a una entrevista de trabajo, a la cita con aquella chica que te encantó
o también llegar temprano para ver a tus amigos. La puntualidad se define como
la virtud de coordinarse cronológicamente para cumplir una tarea requerida o
satisfacer una obligación antes de un plazo acordado.
La otra postura que se
discute en torno a este tema es el de mirar la impuntualidad como sinónimo de
ser una persona creativa o demasiado inteligente. Esta postura indica que las
personas impuntuales son aquellas que suelen ser más exitosas y creativas y por
lo mismo sus personalidades no se ajustan a los tiempos establecidos. Eso no lo
sabremos de cierto.
Lo que si nos atrevemos a indagar es sobre la realidad, por
ejemplo la impuntualidad está asociada con el desinterés que puede generarle a
una persona cumplir con ciertas obligaciones, no hay más.
El desinterés es lo que
rodea a la impuntualidad, por eso es tan grave y aquí en México se tiene la
fama de ser impuntuales y marcar nuestros propios límites de tolerancia. En las
empresas generalmente marcan de 10 a 15 minutos, sin embargo es eso, una
tolerancia que no debe tomarse como el mismo tiempo para llegar a la empresa o
lugar de trabajo.
Otro de los factores
negativos que se asocia a la impuntualidad es el de la pérdida de dinero,
cuando hablamos de esta asociación estamos hablando de países desarrollados
como Francia, Filandia o Alemania quienes creen que un empleado que llega
puntual es mucho más productivo porque se ajusta a los tiempos de producción.
Esta asociación entre puntualidad y productividad es tan vieja como la época
industrial del siglo XVIII, de ahí el surgimiento de la mayoría de los
conceptos que rodean la puntualidad vs la impuntualidad.
Si bien estos conceptos nos
han acompañado y los hemos adoptado como propios no explican porque los
mexicanos nos catalogamos a nosotros mismos como impuntuales. Seguir pensando o
adoptando formas extranjeras que nos condicionan y castigan en lugar de
premiarnos no tienen sentido alguno. Los europeos en su mayoría crearon esos
conceptos que ellos mismos están rompiendo (y seamos honestos, se rompen por
las mismas formas de producción). Por ejemplo los Great Place to Work son
lugares que no tienen ninguna restricción en el horario de trabajo ¿Por qué no
implementar nuevas formas de relacionarnos con el trabajo? ¿Cuál es el modelo
de negocio que manejo? ¿Necesito que mis empleados lleguen temprano y por qué?
Con estas preguntas debe
plantearse la posibilidad de ser empresas distintas, de potencializar las
ventajas de nuestro personal y buscar aquellas opciones que mejor me acomoden a
mi modelo de negocio. Con las preguntas anteriores no pretendemos decir que la
impuntualidad es buena o mala, simplemente que en el terreno laboral dependerá
de muchos factores y en México todas esas variantes cuentan. Si existe
desinterés por parte de un empleado ¿Cómo erradicarlo? ¿Qué hacer para mejorar
sus condiciones laborales? Si es otro factor se deben buscar las opciones
pertinentes que no afecten mi negocio.
La exigencia para que el
empleado llegue temprano debe estar basada en argumentos claros que permitan
acordar o entender que cumplir con el horario establecido forma parte de un contrato.
Por ejemplo si mi modelo de negocio origina que mi empleado se quede horas
después de su salida no será justo en ningún sentido exigirle que llegue
temprano, eso no sucede en los países desarrollados, las empresas mexicanas y
chinas son de las pocas en generar horarios desiguales, es por ello la urgencia
de evaluar los modelos de negocio y decidir qué tan importante puede ser
condicionar a un empleado a la puntualidad o que no.
Las formas de producción
están cambiando y organización que se respete evalúa antes de tomar cualquier
decisión las variables de su personal así como las del modelo de negocio. En la
actualidad el mundo dejó de ser una fábrica de hacer llantas, dejó atrás los
horarios cerrados y las producciones que exigen más del tiempo establecido por
un contrato.
Por lo pronto nos leemos la
próxima semana
Iraís Morales
Social Media Promotwist
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