Cuando hablamos de hábitos el tema se vuelve aburrido, ya
que un hábito es una actividad que hacemos repetidamente por un cierto periodo
de tiempo. Generalmente le invertimos esa parte de nuestro tiempo al
sedentarismo o a fumar un cigarro después de comer o algún dulce. Un hábito
puede ser beber los fines de semana con los amigos, comer a deshoras,
levantarnos tarde y así.
Nuestra mente muy ocupada en resolver las practicidades
del día, crea hábitos perjudiciales, muchas veces de forma inconsciente tomamos
esas conductas y las realizamos en nuestro día a día. En el trabajo también nos
rodeamos de hábitos que sin saberlo pueden ser perjudiciales para nuestro
rendimiento laboral. Aquí te dejamos 5 hábitos que aunque no lo creas merman tu
capacidad analítica, la forma en la que te puedes llegar a relacionar con otros
en tu trabajo, tu puntualidad y hasta la percepción que se tiene de ti para
alcanzar objetivos laborales. Pero ya, sin más rodeos te dejamos esas malas
prácticas que pueden perjudicarte en tu rendimiento laboral.
No hacer ejercicio: El ejercicio logra liberar nuestra mente
y cuerpo de toxinas que perjudican nuestra circulación. La circulación tiene
que ver con la sangre que llega a tu cerebro y mientras menos irrigación
sanguínea tengas tus ideas pueden verse estancadas y tus pensamientos fuera de
control. Ejercitarte no sólo te ayuda a mantenerte en forma, sino además
controla tus pensamientos, ese movimiento produce endorfinas y todo parece
menos complicado de lo que en realidad es. ¡Haz ejercicio!
No dormir: En apariencia irte de fiesta todos los fines
de semana no afecta tu rendimiento en el trabajo, sin embargo ¿Si le dedicas
toda esa energía a los desvelos? ¿Con qué energía llegas el lunes? Muchas
personas tienen una vida social tan activa que sus fines de semana los ocupan
para la dispersión. El exceso de fiesta es uno de los factores por los que tu
actitud puede verse mermada en el trabajo, por ejemplo la atención por la falta
de sueño es uno de los riesgos que debes cuidar si lo tuyo es ir de fiesta cada
fin. Procura dormir y si eres mujer tómate tu tiempo para recuperarte de las
crudas que afectan tu cuerpo el doble que a un chico. ¡Duerme!
No estar solo: La soledad es buena consejera, se dice por
ahí, por ello es necesario que en un momento de tu acelere diario hagas una
pausa para que puedas pensar en tus decisiones laborales y en esas proyecciones
que has dejado a un lado por estar en tu zona de confort ¿Qué harás en un
futuro? ¿Aprenderás ese nuevo idioma al que tanto le tienes ganas? ¿Iniciarás
por fin ese negocio? Las ventajas de aislarte un poquito es evaluarte a ti
mismo, con ello lograrás ubicar tus verdaderas metas a largo y corto plazo.
No dejar de fumar: Un cigarro después de comer, otro
cigarro al salir, otro para llegar al metro, otro mientras llueve. Los cigarros
son románticos en los libros, en la boca de algún escritor que con el humo crea
bellas palabras, sin embargo esta costumbre si te la pasas 8 horas sentado o
más no es tan bella o romántica. Está comprobado que el tabaquismo atrofia tus
articulaciones, tu circulación, tus pulmones y en general tu cuerpo. Este
hábito del fumador evita que tu estrés pueda pasar de largo por ti, es decir,
lo acumulas en tu cuerpo y al rato caminas jorobado o con dolores musculares.
El efecto tabaco-estrés no te ayuda a resolver los momentos de tensión en tu
trabajo con inteligencia, es por eso que en este espacio te recomendamos bajar
tu dosis de nicotina.
No reírte: Disfrutar el trabajo y reír con los compañeros
es parte fundamental para ser feliz, si no estás satisfecho en tu trabajo puede
ser porque lleves una mala relación con tus compañeros o te tomes las cosas
demasiado en serio. Una mala actitud en tu trabajo merma tus ganas de ir, de
convivir y de pertenecer a una organización, así que a reír y a disfrutar.
Nos leemos la próxima semana.
Iraís Morales
Social Media Promotwist
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