Vivimos en épocas de mucho estrés, nos encontramos en un entorno
incierto en el cual la convivencia en sociedad se va complicando debido al
crecimiento de población, tecnologías, información, etc. Para poder manejar
dicho estrés y generar una armonía al relacionarnos con otras personas, nace el
estudio de la inteligencia emocional.
Pero ¿qué es la Inteligencia Emocional? Podemos definirla como la
cualidad que nos capacita para relacionarnos con nosotros mismos y con los
demás con el objetivo de sobrevivir en un entorno incierto. Por lo tanto, dicho
término se refiere a la capacidad
humana de sentir, entender, controlar y modificar estados emocionales en uno
mismo y en los demás.
La Inteligencia emocional no es ahogar las emociones, sino
dirigirlas y equilibrarlas, buscar un abanico de posibilidades para desarrollar
la empatía que necesitamos para entendernos a nosotros, a otras personas y a
nuestro entorno. En consecuencia, a mayor inteligencia emocional mejores
relaciones con los demás.
Podemos hablar de varios factores que forman parte de la capacidad
individual para resolver los conflictos personales y relacionales para que las
interacciones con los demás sean plenas, sanas y satisfactorias, algunos de
estos factores son:
— Percibir e
interpretar adecuadamente las emociones propias y las de los demás:
identificar lo que estamos sintiendo para poder actuar con base a nuestras
decisiones y no simplemente reaccionar.
— Utilizar el
pensamiento para generar emociones y estados de ánimo favorables: todos tenemos
la capacidad para modificar nuestros pensamientos y evitar el malestar que
generan nuestras emociones negativas.
— Reaccionar
adecuadamente a los estímulos: Nosotros podemos decidir cómo vamos a reaccionar
frente a un estímulo, por ejemplo, nosotros podemos decidir cómo vamos a
reaccionar frente a un comentario ofensivo, si con calma o con ira, respondiendo
o no a su provocación con base al grado de inteligencia emocional que seamos
capaces de poner en práctica.
— Comunicarse
bien: Cuando nos dominan las
emociones perdemos la capacidad para atender al mensaje, es decir,
principalmente recordamos los sentimientos de odio, traición o mala intención
de la persona con la que nos comunicamos en una situación con escaso uso de la
inteligencia emocional.
— Respetar la
propia identidad. La persona
emocionalmente inteligente interactúa con los demás sin dejar de ser ella
misma; es capaz de emitir sus opiniones y sentimientos sin herir los del
prójimo.
En conclusión, podemos mejorar el autoconocimiento de las
emociones, el autocontrol, la empatía, la motivación y las habilidades sociales,
estas cinco habilidades nos ayudarán a incrementar nuestra inteligencia
emocional y se desarrollarán en futuros blogs ya que son temas extensos y muy
interesantes.
Tania Hernández y César Valencia
Community Manager
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