Mientras
algunos podrían pensar que celebramos fechas con fines mercadológicos como el Día de los Enamorados, Día del Niño, incluso Navidad, todos los
festejos, tienen un significado histórico, emotivo o religioso que no debemos
olvidar.
El
Día de las Madres en particular, es una fecha que va más allá de festejar a las
mamás con desayunos, comidas o cenas en casa o restaurantes, pues su
significado tiene un contexto histórico bastante importante e interesante.
La
celebración del Día de las Madres tiene sus antecedentes en la
Grecia antigua en honor de Rhea, conocida como 'la madre de los
dioses'. Durante el siglo XIX hubo algunas propuestas para dedicar un día a
homenajear a las madres, pero no fue sino hasta el 10 de mayo de 1908
cuando Anna Jarvis, (Nacida en Filadelfia, Estados Unidos) celebró la primera ceremonia no oficial para conmemorar a las madres en una Iglesia
metodista de Grafton, Virginia. Al evento
acudieron 407 mamás acompañadas de sus familias, Anna Jarvis regaló a
cada madre presente un clavel, la flor favorita de su madre, quien había fallecido
pocos años antes, desde entonces el clavel se volvió digno representante
de este día.
Anna Jarvis
y sus colaboradores lograron
que se emitiera la resolución de la conmemoración
oficial y fue el Presidente Woodrow Wilson, quien el 8 de mayo
de 1914, decretó que el Día de las Madres se celebraría en Estados Unidos el
segundo domingo de cada mayo. La idea viajó por Europa y a América Latina, de
ahí el origen que en México celebremos a las mamás el 10 de mayo.
Es
importante mencionar que nuestros antepasados también reconocían y conmemoraban
el papel de la madre en la sociedad, honrar la maternidad también fue
característica de las culturas que poblaron Mesoamérica antes de la Conquista,
por ejemplo, los Aztecas rendían culto a la madre de su dios Huitzilopochtli,
la Diosa Coyolxauhqui o Maztli, que según era representada por la luna.
La
mitología cuenta que durante la creación del mundo, Coyolxauhqui fue asesinada
por las estrellas, que celosas le quitaron la vida para que no diera a luz a su
hijo Huitzilopochtli, quien representaba al sol, sin embargo, éste sí pudo
nacer venciendo a las tinieblas. Los indígenas rendían especial tributo a esta
diosa y dedicaron a ella hermosas esculturas en oro y plata, que no sólo
revelan profundo sentido artístico sino la importancia tan grande que ellos
concedían a la maternidad.
La
cultura mexicana celebra a las madres a lo grande, se reconoce que es el
miembro más venerado en la familia y el más querido. Es la fuente de energía, amor,
respeto, educación y valores. En el Día de las Madres, la ciudad se vuelve una
locura, todos queremos demostrar el amor por ellas con regalos, comidas en
lujosos restaurantes o fiestas con mariachis. Quizá sea uno de los días más
emotivos a festejar de los mexicanos.
Tania Hernández
Community Manager
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