Estamos a unos días de celebrar el Día del Niño, para
muchos la mejor etapa de nuestras vidas. La niñez es una etapa física y
emocional perfecta tanto que, de adultos, siempre nos repetimos la frase: “nunca
debemos dejar morir el niño que llevamos dentro”, pero ¿qué pasa con aquellos
adultos que no quieren dejar de ser niños?
Si recordamos la increíble historia de Peter Pan, un niño
que vive en la mágica Tierra de “Nunca Jamás”, caracterizada porque
el convertirse en adulto es un estado que no existe y hay temor de llegar a
serlo. Está historia ha sido una referencia para describir a hombres y mujeres
‘Peter Pan’ quienes se han quedado anclados en su infancia, tienen miedo a
crecer y aceptar los roles que les corresponden por su edad.
Fue en los años 80 que el psicólogo Dan Kiley (originario
de Boston,Massachusetts), observó que algunos de sus pacientes se
negaban a aceptar las responsabilidades que implican la edad adulta, agrupando
los comportamientos que éstos presentaban bajo el nombre de ‘Síndrome de Peter Pan’.
Dicho síndrome pareciera ser algo maravilloso, el hecho
de nunca crecer o de comportarse semejante a un niño resulta atractivo y nos
puede llevar a pensar que la persona con este síndrome es feliz. ¿Quién no
quiere seguir siendo niño por siempre? Pero este síndrome lastra el desarrollo
personal y dificulta las relaciones de estas personas.
Algunas de las características de una persona con el
Síndrome de Peter Pan son:
11. Poseen
pensamiento mágico: “Si no pienso en ello desaparecerá”, “Si pienso que será
diferente, lo será”.
2. Son
rápidos para culpar a otros de sus defectos: No se hacen responsable de sus
propias acciones.
33. Una
imaginación rica y un deseo de mantenerse joven de corazón: No hay nada de malo
en tener el deseo de unirse a Peter Pan y sus compañeros, siempre que uno
regrese de la Tierra de Nunca Jamás cuando sea la hora de enfrentarse con el
mundo real.
44. Deseo
de hacer cualquier cosa para seguir tal como son: niñitos que no quieren
crecer.
55. Su
irresponsabilidad frecuentemente la amparan con frases “No escuché”, “me
olvidé” y “no lo vi”.
66. Ansían
tan intensamente el contacto humano que se meten en grandes problemas sólo para
poder estar cerca de otra persona.
Aunque Peter Pan pudiera vivir en un mundo de fantasía y
a muchos nos encanta la idea, las personas que lo imitan no. El síndrome de
Peter Pan, puede ocasionarnos problemas emocionales y conductuales. Por
ejemplo, a nivel emocional son frecuentes los niveles de ansiedad elevados
y de tristeza, convirtiéndose en depresión cuando
no son tratados.
También, la persona se siente poco realizada con su vida ya
que el no asumir responsabilidades le hace también no disfrutar de los retos,
lo que indudablemente repercute en sus niveles de autoestima.
Para un adulto, el no dejar de ser niño no implica
portarse como tal, los niños aprenden y viven para convertirse en adultos
responsables que no es sinónimo de amargura. El no dejar de ser niño, debe
implicar la capacidad de soñar y cumplir metas para alcanzar dichos sueños, en
imaginar y llevar a cabo grandes proyectos, sorprendernos y no dejar que la
vida transcurra de manera mediocre, de ser y tener amigos sinceros, de
divertirnos con nuestro trabajo y de amar sin alguna clase de miedos.
Tania Hernández
Corrección de estilo Aide Meza.
Tania Hernández
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